Hasta que no te jugás las alas no hay cielo que valga la pena...

31.12.10

24.10.10



Visito a un monje taoísta del monte Daitian y no lo encuentro (Li Bai)

Ladridos de perro irrumpen en el rumor de las aguas,
Realza el rocío las flores de melocotonero.
Fugaces se ven algunos ciervos en el bosque espeso,
No se oyen campanas junto al torrente del mediodía.
Bambúes silvestres hienden las nieblas azuladas,
Manantiales vivos penden de las rocas jadeantes.
No hay nadie que sepa decirme dónde puede haber ido,
Descorazonado me apoyo entonces en algún pino.


19.9.10

12.9.10



- ¿Para qué sirve una almohada?
- Para soñarte con la cabecita en una posición más cómoda...
:)

30.8.10


mar a medianoche
se me van los ojos a buscar tus silencios
y vienen tus labios a robarme el sueño

8.8.10

Avestruces - Fujimoti, Yasuo (Japón, 1928)


“Me he vuelto una avestruz así que ven a verme,” dijo un amigo recién incubado. Yo hice un cubo de gelatina rellena con varias clases de crema, me puse un sombrero para protegerme de la arena, caminé una larga vía, y llegué de visita. Al instante escuché la réplica, “Bien, arrástrese adentro por favor” en Lengua Avestruz; mi cuello se estiró considerablemente, mi boca se ahusó, y mis nalgas también se expandieron.
Tuvimos un diálogo ruidoso, ambos dejando correr lágrimas por nuestras miserias.
Ese fue un día en que la arena perforó mis ojos.

9.7.10

4.6.10

Foto: Floriana Barbu

Después (Cristina Pieri Rossi)

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:

Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.

Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.

Ya no amo.

Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.

Ya no estoy loca.

"Otra vez eros" 1994

27.5.10

Caminos - Jorge Debravo


Crucemos esta pena y no volvamos
la mirada atrás. Hay nubes blancas
allá sobre los cerros, y algo dulce
nos llama con su voz enamorada.

Con las manos espesas de ternura
cruzaremos las veredas y montañas
hasta llegar a un sitio donde todos
los besos echen alas
y se nos amontonen como frutos
maduros en el alma.

Podremos ver el sueño, ver la brisa,
y hasta vernos las almas...


Jorge Debravo, poeta costarricense (1938 - 1967)