Hasta que no te jugás las alas no hay cielo que valga la pena...

3.2.10

Enfermera de mariposas.
Ese verano, como tantos otros, fuimos de vacaciones al campo de mis abuelos, para mi era una fiesta ya que ellos me mimaban más allá de lo imaginable. Era la reina de las hadas y podía hacer lo que quisiera, trepar a los árboles, andar a caballo, jugar entre los fardos de paja y hasta robar semillas de maíz para plantarlas junto al arroyo. Lo único que no me permitían hacer era acercarme a la ruta porque decían que era peligroso.
Una tarde en que el sol calentaba más que de costumbre, todos se acostaron a dormir la siesta en la casa, yo decidí quedarme a jugar con palitos y bolitas de paraíso armando mi tropa de hadas para proteger a todas las flores del mundo. En eso estaba cuando de repente una mariposa amarilla pasó volando frente a mí y se posó en la cabeza de una de mis hadas palito, la miré fascinada y ella también me miró (creo q hasta la vi pestañar), luego de un breve descanso levantó vuelo nuevamente y empezó a dar vueltas a mi alrededor. Me puse de pie y baile con ella, y así bailando sin darme cuenta me vi parada a un lado de la ruta. Al mirar de nuevo vi cientos de mariposas volando allí, celestes, blancas, rosas, naranjas y amarillas. Eran hermosas todas ellas y estaban en medio de la ruta. Los autos pasaban y las atropellaban sin verlas siquiera. Me desesperé, se estaban muriendo solas en la ruta. Ahí fue cuando decidí convertirme en... ¡enfermera de mariposas!
Cada vez que un auto que pasaba lastimaba una, esperaba que quedara libre la ruta y salía corriendo a rescatarla, la recogía con cuidado y la ponía sobre el pasto suave, le hablaba despacito para tranquilizarla y acomodaba sus alitas.
Así pasé no sé cuantas horas, no me importaban los bocinazos ni los insultos, olvidé a mi familia y hasta había olvidado que tenía prohibido acercarme a ese lugar hasta que vi a mi papá correr asustado hacia donde yo estaba, aún salvando mariposas. Cuando llegó donde estaba me miró duramente y me dijo:
-Se acabaron las vacaciones para vos, mañana mismo volvemos a la ciudad.
Intenté explicarle que no podía ser, que mis mariposas me necesitaban pero no me escuchó.
Esa noche lloré tanto que me subió fiebre y al amanecer mis padres asustados, decidieron llevarme a un médico en la ciudad y ya no regresar al campo.
Yo estaba muy triste, a punto de volver a llorar, hasta que al cruzar el portón de salida vi sobre el alambrado cientos de mariposas saludándome con sus alas, fue ahí que supe que me esperarían hasta el próximo verano.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Toda una historia de Hadas!!! Y enfermera de mariposas, vaya, vaya!! Feliz regreso en febrero. Te sigo.. ¿ tu me sigues? : )
Besitos de hada claro ¿ acaso hay de otros ? ja ja!!

Anónimo dijo...

¡¡Toda una historia de Hadas!!! Y enfermera de mariposas, vaya, vaya!! Feliz regreso en febrero. Te sigo.. ¿ tu me sigues? : )
Besitos de hada claro ¿ acaso hay de otros ? ja ja!!

Persefone dijo...

me encanta esa historia, muy linda

María Antonia Moreno dijo...

Las mariposas te echarían de menos, sin duda.

Un beso

Clo dijo...

Pasos
1
Prepara un área soleada y refugiada del viento para plantar flores y atraer las mariposas
2
Debes plantar flores ricas en néctar como verbenas, girasoles, etc.
3
Incluye plantas que sean buen alimento para las orugas y así te asegurarás de tener varias variedades de mariposas, por ejemplo asclepias, malvas, tulipanes, etc.
4
Pon rocas grandes y bajo el sol para que las mariposas se apoyen
5
Ten agua fresca disponible cerca
6
Trata no usar pesticidas

(muéstrales que del otro lado se está mejor)

besito

Anónimo dijo...

¿ Y a donde te fuiste tres días ? ¿¿¿Ah???
¿Y la metiche?? ¿no vino??
Jajajajaja!!!!
Beso combinado ( de Hada y de los que me gustan a mi )

India dijo...

hermosa historia =)

saludosssss

Cecilia Dumón dijo...

Hada, le dejo mi nuevo blog ya que he regresado a los pagos.Bueno, ahí le va: www.osobucoentaller.blogspot.com
pero también hay otro y es: www.shoreiki.blogspot.com
besos y siga con la escritura nomás.
abrazo!

Isabel Barceló Chico dijo...

Qué historia tan bella, aurefaire. Estoy segura de que sigues siendo enfermera de mariposas y, de seguir así, llegarás a jefa de enfermería de corazones. Un abrazo muy fuerte.

Maya dijo...

Nunca lo pondré en duda...mi querida Hada...quien sino tú para tener el polvo mágico y hacer maravillas con todos tus poderes. A veces cuando te imagino caminar por cualquier ciudad...veo miles de mariposas siguiéndote...ellas te reconocen....sabes que los sabes.

TQM

Maya